martes, 3 de junio de 2014

DIRTY DANCING


"Nobody puts a Baby in the corner"



 Creo que a mí me pasa como al personaje de Zooey Deschanel en New Girl, que soy capaz de ver Dirty Dancing, 6 o 7 veces... al día. Como dirían los americanos es my guilty pleasure. Ya me sé los bailes de memoria, aunque sea incapaz de ejecutarlos. Eso sí, puedo cantar entera su canción más famosa (I've Had) The Time of My Life, que ganó un Oscar a Mejor Canción Original en 1987 y un Globo de Oro, así como sus intérpretes Bill Medley y Jennifer Warnes consiguieron un Grammy por Mejor Actuación Pop Vocal de Grupo o Dúo. Además, según dice la BBC, es la tercera canción más popular para los funerales en Reino Unido. Curioso. Aunque también es muy usada en las bodas. 



 La gran historia de amor entre Johnny y Baby, dirigida por Emile Ardoline fue estrenada el 24 de junio de 1987, es decir, hace justo 27 años. Y aunque ahora la película sea una de las más famosas de la historia del cine, en su momento estuvo a punto de no ver la luz. Y eso que su escritora y productora, Eleanor Bergstein  pasó más de diez años intentando vender el guion a Hollywood. Pero la historia no gustaba, sí la música, pero no el guion. 




 Menos mal que finalmente, una pequeña productora, Vestron Pictures (actualmente Arstisan Entertainment) se decidió por llevarla a la gran pantalla y así hemos podido disfrutar de una historia que comienza en el verano de 1963, cuando toda la familia Houseman se va de vacaciones a los Castkills. Ahí la joven Baby (Jennifer Grey), que en realidad se llama Frances, conoce al atractivo profesor de baile, Johnny Castle (Patrizk Swayze). A partir de entonces a través de los pasos de baile comienzan una apasionada historia de amor. 


 Momentos inolvidables de la mano de Jennifer Grey y Patrizk Swayze, ahora no nos podemos imaginar ningún de esos números musicales sin ellos. Pero ninguno de los dos fue la primera opción. En el caso de ella, era demasiado mayor, exactamente diez años más que su personaje, que tenía 17, pero era la hija del famoso bailarín Joel Grey (ganador de un Oscar por Cabaret). Y la primera opción para ser Johnny era Billy Zane, pero tuvieron que cambiarlo porque no tenía química en el baile con Jennifer a diferencia de Patrick, que tenía 34 años, cuando Johnny se supone que es un joven de unos 20-25 años. Además también en un principio iba a ser italiano, pero acabó siendo irlandés


 Pequeños detalles sin importancia. Como también son el hecho de que aunque la historia está ambientada en la región norte del estado de New York, ninguna escena se filmó ahí. Sino que las escenas de exteriores fueron grabadas en un antiguo campamento en Lake Lure (Carolina del Norte), que ahora es una comunidad residencial llamada Firefly Cove (es ahí donde tiene lugar la escena de las escaleras de Baby). Y las escenas de interiores fueron realizadas en el hotel Mountain Lake, Virginia. Al que hoy en día aún se puede ir y además organizan tours ambientados en la película. 



 Así como también retocaron un poco la escena del bosque y el agua. Tuvieron que pintar con spray verde los árboles de Mountain Lake en Virginia, porque la escena se filmó en octubre, pero se suponía que es verano en la historia. Si os fijáis se puede ver cómo se caen las hojas. 







 La escena del baile de amor, era el mismo que los protagonistas hicieron para las pruebas de pantalla. No estaba pensado incluirlo.



"Me? I'm scared of every thing. I'm scared of what I saw, I'm scared of what I did, of who I am, and most of all I'm scared of walking out of this room and never feeling the rest of my whole life the way I feel when I'm with you."


 La escena donde Grey se ríe por las cosquillas no estaba en guion. Ella estaba tan cansada que todo le hacía cosquillas y Patrick estaba harto.






 En definitiva todo un éxito en el verano de 1987, por el que ni siquiera sus creadores apostaban. La sencilla historia de Baby, una adolescente ingenua que se enamora de Johnny, su instructor de baile, aún sigue gustando al público. 
 Al igual que vi el sábado en Los seductores, a mí no me importaría nada realizar este baile. Aunque me parta la crisma en el intento. 









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