Portada de 'El Guión', de Robert McKee. FUENTE: GOOGLE IMAGES
"Es igual que el sexo. Los maestros de las artes de dormitorio miden sus actos al hacer el amor. Empiezan llevándose mutuamente a un estado de deliciosa tensión antes de-y utilizamos el mismo término en ambos casos-el clímax, entonces cuentan un chiste y cambian de posición antes de elevarse a una tensión aún mayor, rozando el clímax; después se toman un aperitivo, ven la televisión y acumulan energías para llegar a una intensidad cada vez mayor, haciendo el amor en ciclos de tensión creciente hasta alcanzar el clímax simultáneo y que la tierra se mueva y vean chispitas de colores. El narrador elegante nos hace el amor. Sabe que somos capaces de llegar a una tremenda liberación... su la mide bien."
Pero claro, también hay buenos y malos guiones, como en todo. Y gente aficionada al voyeurismo, que es lo que me debe de pasar a mí, porque yo odio mis propios guiones. Y bueno... también están las películas favoritas, aquellas que da igual cuántas veces veas porque nunca te defraudan.
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